Si estás viviendo un proceso de fertilidad, sea cual sea, estamos seguros de que te has topado con comentarios que ayudan poco y agobian mucho. Y sabemos que muchas veces vienen de buenos lugares, pero la realidad es que hay mejores soluciones de apoyo que los comentarios desatinados sobre la infertilidad que te toca escuchar en las comidas familiares.
¡Relájate!
Todas hemos tenido a una amiga que nos sugiere una vacación. Amiga: vete fuera, date un masaje, toma un retiro, ponte una mascarilla de aguacate y ¡relájate! Seguro que el estrés no te está ayudado nada en este proceso, y cuando logres desconectarte del asunto te vas a poder embarazar. Además de que se dice fácil y no lo es, simplemente relajarse no es la solución a la infertilidad. No lo decimos nosotros, lo dice la ciencia.
Y si somos esa amiga tratando de ayudar, una mejor opción es invitar a nuestra amiga al masaje que sugerimos o por una comida rica. No porque a partir de eso se vaya a embarazar, sino para consentirla. De eso se trata el apoyo de amigas.
¿Y para cuándo el bebé?
Pasamos de preguntas sobre el anillo a preguntas sobre el matrimonio a preguntas sobre los hijxs. ¡Parece que las tías y las abuelas no lo pueden evitar! ¿Para cuándo el bebé? Esta pregunta es mala por dos razones: 1. Tal vez la persona o pareja no busca un bebé. 2. Si lo quieres y no lo tienes, seguramente estás enfrentando algo difícil.
Y si somos esa tía, abuelo, primo, mamá, mejor, en vez de preguntarle a las parejas sobre su planeación familiar, demos el regalo de la prudencia. ¡Vale oro! Y ya, si llegan a tener hijos, tocará consentirlos mucho. Y mordernos la lengua antes de preguntar cuándo viene el siguiente.
No te preocupes, ya llegará
Este es el comentario de prácticamente todos. ¿Estás tratando de embarazarte? No te preocupes, ya llegará. Ten paciencia. ¡Pero no! No es la hamburguesa que pediste en el restaurante (que a fuerza llegará, te preocupes o no). Los hijos, la fertilidad y la planeación familiar son un engranaje muy complejo. ¡Se sabe!
Trata de no tomarte personal los comentarios imprudentes o incómodos de la gente; la realidad es que falta un largo camino por recorrer culturalmente. Y muchas personas no tienen las herramientas para enfrentar una conversación sobre infertilidad. Ten paciencia, que no todos saben lo que tú sabes. Se vale corregir, se vale mandar por un tubo y se vale compartir un poco de tu sabiduría. Y dejarte apapachar. ¡Se vale!